jueves, 21 de agosto de 2008

Entre cárceles de oro

No sé que sucede en mi vida últimamente y es en estos momentos que me da por escribir en este apartado llamado El blog incierto de César, sera acaso que la incertidumbre es parte de mi vida o no doy la suficiente importancia a los acontecimientos que ocurren a diario.

Pasan y pasan cosas y al final no sucede nada. Y es que a veces cuando mi razón choca con la sin razón mi vida se torna vorázmente destructiva como aquel tsunami chiapaneco que se llevo a la fregada a todo un pueblo; mi micro organismo clama paciencia y estado de reposo pero no deja de temer de las tormentas diáfanas de mi sentimiento que al final del día me llevan a la cama con ajustes adversos.

Quiero definir que quiero y que es lo que espero; tenía mucho tiempo que no me sentia tan decidioso como el invierno del 2004 cuando Luis tomo la osada puntada de declarar que no estaba tranquilo y empezo un primer tsunami en mi vida. Como quiera que sea, es un hecho que me he snetido mal y es el aquí y ahora lo que me importa no el allá y entonces.

Después del VIVE famoso con todo y su mentada de madre en el VIP decidi ser un hombre responable, comprometido y honesto, cualidades que hasta el día de hoy he tratado de cultivar mediante acciones y aciertos pero que me cuesta mucho trabajo seguir adelante. Creo que la responsabilidad es un factor que me ha llevado a estar en donde estoy, que si bien no consigo estar en el camino correcto o las oportunidades se me han ido ha habido factores que me impiden conseguir esto, lo interesante es que lucho por ello.

Comprometido, que más puedo hacer para comprometerme más a las causas??? soy buen hijo, buen amigo, buen novio no se que esperan de mi compromiso o mejor dicho que espero de los demás. A veces no se si quien esta mal soy yo o es el mundo contra mí pero sé que tengo necesidades claras y lo único que pido es poco. Me comprometo es un hecho.

Hoestidad eso si me falla y no porque este inventando historias fantásticas sino que no digho lo que pasa por mi cabeza. Debería hablar más y no quedarme callado a las situaciones pero a veces es mi temor a enojar a los demás que me quedo callado.

Cárceles de Oro

De que forma te hago entender mis necesidades... lo único que te demando es cariño y que me hagas saber que estas conmigo, somos muy diferentes en muchos aspectos pero también estamos tratando de poner lo mejor de nosotros en esta aventura, pero siento que tu forma muy peculiar de ser me pone mal y eso me entristece.

Quiero estar contigo, quiero estar a tu lado por mucho pero hazme sentir deseado, querido y sobre todo importante... Estoy pasando una etapa muy conflictiva y necesito de un te quiero de vez en cuando, no pido mucho sólo que sepas que cada vez que te despides, sólo dices bye, adios, y te decsonectas y me dejas con la palabra en la boca; dentro de mi se despierta un "Yo también te quiero"...

Cárceles de oro que hemos construido...
Somos prisioneros de nuestras propias desventajas y anhelos...
Enfrentamos tribualciones propias y ajenas...
Hazme volar pero y cubreme con tus alas...

Que yo también comparto los mismos miedos,
también busco una cinta para atar el tiempo.
También arrastro conmigo una cadena de sueños...

En fin, quiero que sepas que estoy contigo por muchas cosas, sólo dame mi lugar.

Un muerto encierras


Como tantas madrugadas encerrados en un coche,
en una calle sin luz, una calle sin nombre,
los dos frente a frente se miran despacio,
tras dedicarse al amor y su trabajo.
Secan su sudor, secan su sudor, tal como han aprendido, no han olvidado.

Él piensa "ya nada es lo de antes, la vida debe estar en otra parte",
donde no la divisa porque ella le ciega con cárceles de oro,
con amor sin tregua.
Ya nunca volverán, ya nunca volverán,
ya nunca volverán a hacer nada por vez primera.
Ataremos bandadas de gorriones a nuestras muñecas,
huiremos lejos de aquí, a otro planeta.
Llévame donde no estés, un muerto encierras.

Él le regala unas manos llenas de mentiras,
ya no le parece tan bello el cuerpo que acaricia.
Ayer eclipse de sol eran sus pupilas,
hoy son lagunas negras donde el mal se hacina.
Qué pena me da, qué pena me da, qué pena me da, todo se termina.
Ella ya no ama sus vicios, le busca en los ojos,
pasa un ángel volando y se encuentra con otro.
Ayer sus dos brazos eran fuertes ramas donde guarecerse,
hoy son cuerdas que atan.
Qué pena me da, qué pena me da, qué pena me da, todo se acaba.

Él decide por fin vomitar las ideas,
ella lo sabe y tranquilamente lo espera.
Sin calma planea su fuga este preso, ella no lo mira, no aguanta su aliento.
Ya llegó el final, y van a encontrar en su corazón arena de desierto.
Perdida la calma, se pone muy serio,
cunde el pánico y le invade un horrible miedo.
Su boca cobarde pronuncia: "Te quiero. No te vayas nunca, no te vayas lejos".
Y ella echa a temblar, ella echa a temblar,
ella echa a temblar: "Yo también te quiero".