domingo, 21 de marzo de 2010

El aquelarre de vestidas

Y la suerte me llevó a ese sitio donde se concentraron todas ellas: altas, estilizadas, de narices semi operadas, con escotes pronunciados, lentejuelas, brillos y hechizos... como si se tratase de una asamblea regional se llevó a cabo el Señorita Gay 2010 en las instalaciones de Sibari bar, allá por la antes incluyente y ahora inexistente zona dorada.

La llegada no fue fenomenal y la entrada no pintaba para ser excepcional; llegando una muchedumbre esperaba turno para pagar los 50 pesos de un cover que demandaba el evento, y es que para ver un aquelarre de vestidas uno paga eso y más, y no sólo al valor económico referido. Los relaciones públicas del lugar siempre amables y atentos saludan a quienes llegan, me sorprende que el uniforme del día haya sido corbata y camisa en cualquier tono que al menos a Brit le queda a la perfección, saludo al Fetiche bautizado por este escribano y entramos. El hombre de la seguridad hace un gesto extraño al tocar la bolsa de mi pantalón y sentir el papel de una nota, no lo culpo ni me enoja cuando pregunta pensando que se tratara de alguna grapa, más vale la seguridad.

La atmósfera esta encendida por la luces y cuerpos humanos, un séquito de vestidas están sentadas en una mesa de pista bebiendo tequila, al fondo los niños y niñas auténticos danzan al compás del pop, electrónico y demás que ritmos que crujen las bocinas y cimbran los cimientos de este sitio.

Después de la 1 de la mañana inicia la sátira con Alexa quien conduce el evento; el lenguaje soez hace reír a más de uno, después presenta al jurado integrado por celebridades que le han dado a una comunidad sin rumbo un aliciente en cuestiones de show, el circo romano en otras expresiones. Cada una de las señoritas que se disputan la corona se presenta con sus trajes regionales y allí están de todas las latitudes del estado, unas con más producción que otras pero el intento es bueno.

La gente se aglomera en la pista, los flashes de cámaras disparan sin discreción sobre las concursantes que seguramente a estas horas ya están siendo el escarnio de facebook; muchas vestidas rondan el lugar, las más sin mesas, las menos junto a la pista como jurados. Y es que dentro de estos menesteres es necesario mucha objetividad porque todo puede suceder y ellas, las concursantes, en su papel no dejaran que otra les robe el cetro la otra. Estoy atónito al ver a Dafne como jurado y el cambio que se ha hecho... aún la recuerdo en el café de Manuel hace más de un par de años y de verdad luce espectacular, mucho mejor que las auténticas del lugar.

Una a una van mostrando los trajes regionales que si bien no tienen connotaciones de donde son originarias sirven para el lucimiento, hay unas que se ven más perras y otras no tanto, todo se vale mientras se friegue a la anterior. Y van pasando, una de ellas que seguramente perdió tuvo la osada puntada de salir mascando de chicle y por más que le gritaron que lo escupiera se limito a copiar a la otrora estrella fugaz Jolette y lanzo besos a las jurados viéndose la expresión de molestia por parte de Dafne. Otras con más suerte sonrieron a los asistentes y se llevaron aplausos y una que otra porra.

La pasarela en traje de baño fue terrible, con la música supongo de Lady Gaga y una coreografía mal gustosa las damas de esta noche bailaron en una pista que lo único que hizo fue boicotear el número musical. Sus cuerpos son delgados y por mi mente pasa la pregunta ¿Cómo habrá sido su infancia?... después de que las preguntas empezaron a atacar mi cabeza decido irme del lugar y alejarme de los olores humanos mezclados con lociones y perfumes baratos.

No sé quien haya ganado, mi favorita era la de Xoxtla aunque había una que llevaba una porra inmensa, seguramente toda la colonia fue a darle respaldo. Nicole creo era su nombre... Y es que me vienen muchas preguntas después de presenciar esta parodia de los concursos bobos que presentan a las mujeres como objetos ornamentales más que seres capaces.

La fórmula de la vestida vulgar, escupiendo palabras altisonantes y siendo objeto de rechiflas y mentadas de madre ya no es tan aplicable al menos en este sitio ¿Dónde está la innovación de los shows? ¿Para qué desterrar este tipo de espectáculo de otros lugares que han sido tradición y que de algún modo son referente de ellos mismos? ¿Será que la gente gay se emocione de ver vestidas? ¿Será que las mujeres verdaderas les agrade ver las parodias que hacen de ellas en este tipo de eventos?

Sé que hay sitio para todo y todos tienen cabida en la aldea global pero considero que hay mucha comunidad pensante, crítica, inteligente que necesita de otro tipo de eventos que ofrezcan más inteligencia en el discurso que lentejuelas y chaquira en sus vestidos.

jueves, 11 de marzo de 2010

Nota sobre el día internacional de la mujer

Nunca me han gustado las fotografías. Cuando era niña mi papá compró una cámara y nos tomaba fotos a mis hermanas y a mí cada vez que podía. Comiendo, bailando, jugando y hasta dormidas nos tomaba fotos "para el recuerdo"; decía. No señor, no me gusta que me tomen fotos. Me da vergüenza que me las tomen y me da vergüenza verme después con el cabello encrespado, con los dientes saltones y con mi cara redondeta pero, eso sí, con mi sonrisa de oreja a oreja. Siempre.

Cuando entré a la secundaria me invitaron a mi primer baile. Mi papá me dejó ir sólo porque iban mis hermanas. Llegué con mi vestido azul con flores rosas, uno que parecía nuevo aunque ya había sido estrenado por más de dos. Un fotógrafo apareció en la oscuridad y nos tomó foto a las tres, sonrientes, juntas como siempre hemos estado. No señor, no me gusta que me tomen fotos, le dije cuando intentó tomarme otra con Pedro, un chico con el que estaba bailando. Es que ¿sabe?, no me gusta posar para las fotografías.

Todos estos recuerdos vienen a mi mente ahora que estoy aquí, sólo esperando. Me acuerdo que muchas veces pensé en cuál sería el afán de tener fotografías de una misma. A la salida de la maquila, a las 3:30 de la tarde, los viernes siempre iba un fotógrafo a tomarle a todas las muchachas que quisieran posar en la banqueta de la planta. Muchas llevaban sus mejores galas para que les tomaran la foto. Un día se acercó conmigo y le tuve que decir que no quería. te puedo tomar una y si no te gusta no me la pagas, me dijo. "No señor, no me gusta que me tomen fotos".

Mi mamá dice que hay ocasiones en que no puedes evitar que te las tomen. en tu graduación, por ejemplo, o en tu boda, me dijo. Entonces sí que vas a querer posar para las cámaras.

Ahora estoy aquí sólo esperando a que los fotógrafos terminen su trabajo. Fotos de cerca, de lejos, con flash, sin flash. Ninguno me pide que sonría.

Y aunque me lo pidieran no podría sonreír. Cómo podría si me siento tan sola en medio de este silencio y esta oscuridad. No sé cuanto tiempo llevo aquí, tal vez horas, tal vez días o tal vez años. Mi madre dice que el tiempo pasa de prisa cuando eres feliz; tal vez por eso ahora pase tan lento.

Todo sucedió muy rápido. ni siquiera lo vi venir. Ni siquiera podría explicarlo. Solo sé que nadie me pidió mi opinión; sólo se que me confinaron a este lugar que no me gusta y que me da miedo. Muchos detalles se me escapan. Lo único que puedo decir es que el dolor llega a ser tan grande que dejas de sentirlo de pronto y te quedas como entumecida, como en medio de un sueño que se torna en pesadilla.

No señor, no me gusta que me tomen fotos. ya han tomado suficientes. Sólo espero que al tomarlas no se hayan dado cuenta que mi uniforme de la escuela esta sucio y que mis zapatos ya no están. Ojalá que no se fijen que mi cara está llena de arena y que no puedo sonreír a la cámara. Ojalá que ellos, que saben de su oficio, saquen mi mejor ángulo, uno en donde no se noten los golpes para que mi mamá no se asuste al verlos y uno en el que mi papá no se dé cuenta de lo que me hicieron debajo de la falda.

Siento el desierto debajo de mi cuerpo, un cuerpo ultrajado, mutilado, desgarrado... La agonía fue larga pero el final rápido. el cordón de mi bolsa, la misma que me regalaron en mi cumpleaños y que tanto me gustaba, se enredó en mi cuello hasta que se incrustó en mi piel. La sangre de mis pezones cercenados se mezcló con la arena y con mi llanto mientras que un calor se fue haciendo cada vez más intenso por todo el cuerpo. Mis ojos se nublaron, mi respiración se hizo cada vez más lenta y silenciosa hasta que mi corazón se cansó de sufrir.

No quiero que me tomen fotos aquí, tirada así, sin vida, esperando que llegue el forense, sintiendo el frío en mi espalda, esperando que todo termine. ¿Podrían los fotógrafos, quizá, esperar a que me cambiaran con mi vestido azul con flores rosas? Me dicen que me veo bien con él. aunque saben, no me gusta que tomen fotos.

*** Artículo publicado por Patricia Cabrera, publicado en la revista Cuartoscuro. Año X. Número 64. Marzo 2004

martes, 9 de marzo de 2010

Kinestesia

Se llama kinestesia al arte de sentir a través del cuerpo y se emplea del diario, desde el momento de la ducha cuando se siente el agua correr por los poros hasta el letargo, cuando cierras los ojos y vuelas a otros mapas, y últimamente la he sentido de modo no tan frecuente pero si del diario.

Curiosamente el sentir no significa experimentar y eso lo he demostrado muchas veces, los sentimientos son entes que surgen de complicidades y no siempre se requiere del otro u otros para sentirlos, aunque también cabe hacer la acotación que aunque estés junto al otro no siempre se dan en físico, sino que se quedan como sentimientos enclaustrados.

Hoy mi intuición me demandaba abrazarte y la razón no asustarte, digo no ha sido mucho el tiempo como para darme estas atribuciones que pueden ser el preámbulo de un desenlace trágico que si bien se pinta cual novela sangrienta no lo sería, pues no se han dicho mas palabras que el intercambio de datos estadísticos de qué haces, qué te gusta, qué no te gusta, quieres un café y así.

La librería es peculiar, los pisos de madera rechinan y los tintes metálico se funde con la pintura añejada en los muros; un muy buen sitio que se antoja un descubrimiento y más con alguien como tú a lado. De vez en cuando siento tu cabeza que roza el hombro y otras veces las manos tratando de asfixiar el pescuezo, y no es tan malo.

Bautizas muchos de mis actos y yo pienso solo en los que vienen. Aunque el plan del día era jugar waterpolo y correr 3 kilómetros al final la caminata con hamburguesa feliz de Pucca resulto un experimento sorprendente... Me fascina sorprenderme con las pequeñas trivialidades de la vida, sabes.

Me quede con ganas de abrazarte, no fue en vano el comentario saliendo de la plaza pero bueno, no hay que hacer evidente lo que a veces resulta obvio. También aquellos sueños que me hacen despertar con una enorme sonrisa no son más que la kinestesia que se hace presente mientras duermo y que en mi mente se transformas en figuras matizadas en tonos cálidos, lo siento, soy diseñador y para colmo acuario.

Intento ya no pelearme con el adiós porque también se que por cada despedida inicia una nueva espera y el sentimiento kinestésico de poder abrazarte pronto.