martes, 17 de noviembre de 2009

El otro 11 de septiembre

Se llamaba Felé o al menos así dijo que lo nombran; su rostro expresa la huella que el tiempo no perdona y es a la que todos de alguna manera tenemos como destino trazada. Me llama la atención esa cicatriz en sus manos en forma de ancla marina pero no digo nada. El avión ha comenzado a emitir sonidos desde sus entrañas y dos asistentes dan una muestra de las medidas precautorias en caso de contingencia aérea; Felé solo rie.

Lo vi en la sala de espera elite de Mexicana rodeado de sillones de piel que se antojan más en la piel de aquellos animales inertes que en sillones donde reposa el bolso Louis Vuitton de la rubia espectacular que degustaba de manera ridícula un capuccino. Él sólo leia noticias y de algún modo me parecio una figura paternal adulta, reflejo de la falta de un abuelo en mi persona.

Santiago de Chile, 11 de septiembre de 1973, 7:55 A.M. Radio Corporación
Habla el presidente de la República desde el Palacio de La Moneda. Informaciones confirmadas señalan que un sector de la marinería habría aislado Valparaíso y que la ciudad estaría ocupada, lo que significa un levantamiento contra el Gobierno, del Gobierno legítimamente constituido, del Gobierno que está amparado por la ley y la voluntad del ciudadano.


Después de leer la trágica historia de Ignacio Ellacuría y la impunidad que se vive en Centroamerica que deja muchos inciertos sobre su cobarde asesinato se me frunce el ceño; Felé nota este sentir y me pregunta que sucede a lo que respondo sobre la nota que relata los acontecimientos de aquél noviembre en que un comando calló la voz de aquellos jesuitas. Callado, taciturno sólo dice: "Hay muchas situaciones que puede que te arruinen el día, o quizás un mes o incluso años, mientras dejemos la memoria viva eso mantendra aquellos que se fueron y nos dejaron sin decir palabra alguna, la justicia a veces es uns broma".

La demostración aerea me distrae... viajar en clase premier siempre me ha parecido un absurdo dentro del boeing que te conecta a cualquier sitio, el servicio es bueno, sólo cambia el nombre de las bebidas. Mientras sobrevolamos la ciudad de México me doy cuenta que Felé esta callado, ahogado en un sepulcral silencio y es cuando pregunto: "¿Qué le paso en su mano?; "Larga historia que quizás el otro 11 de septiembre ha intentado borrar de la memoria"; "Se refiere al de Nueva York o al de Santiago"... confesión que le sorprende mientras se toma un escocés en las rocas y hago lo propio con un tonic.

8:15 A.M.
Les habla el presidente de la República. Las noticias que tenemos hasta estos instantes nos revelan la existencia de una insurrección de la Marina en la Provincia de Valparaíso.

Aquel 11 de septiembre se encontraba en su casa alistándose para ir al trabajo, su esposa iba saliendo a comprar pan y sus tres hijos se encontraban en la sala de su casa. Ella se despidió y le dijo que regresaba en breves, que sólo saldría a comprar pan, se llevo a su hijo menor... y no regreso a casa. Minutos después se derrocaría el gobierno chileno y con ellos los sueños de una familia que sólo fue víctima de las circunstancias.

9:03 A.M. Radio Magallanes
En estos momentos pasan los aviones. Es posible que nos acribillen. Pero que sepan que aquí estamos,por lo menos con nuestro ejemplo, que en este país hay hombres que saben cumplir con la obligación que tienen. Yo lo haré por mandato del pueblo y por mandato conciente de un Presidente que tiene la dignidad del cargo entregado por su pueblo en elecciones libres y democráticas. En nombre de los más sagrados intereses del pueblo, en nombre de la Patria, los llamo a ustedes para decirles que tengan fe.


El golpe militar había tomado por sorpresa al presidente Salvador Allende; un golpe gestado desde los intereses de Estados Unidos y Augusto Pinochet. Después de despedirse la mujer salió de su casa llevando a su hijo en brazos. La artilleria prendió fuego hacía el Palacio de la Moneda en una toma brutal. Felé cubrio a sus hijos mayores y después espero a que terminara el la marea de ráfagas de polvora que sacudió por unos instantes la capital Santiago, y se hizo el silencio.

Los ojos azules de felé se han vuelto rojos, le tiemblan las extremidades y me pregunto en que momento se me ha ocurrido iniciar con el tema... el avión cabalga surcando las nubes que sólo le dan un matiz de efecto especial a la charla. Esa tarde salió a buscar a su esposa y no la encontro. Restos de edificios, humo y olor a matanza se respiraban en esa zona de Santiago. Llego a la panadería antes que ella... Tiempo después huyó del país buscando refugio en Estados Unidos que paradójicamente era quien lo había desterrado de su natal Chile.

9:10 A.M.
Seguramente ésta será la última oportunidad en que pueda dirigirme a ustedes. La Fuerza Aérea ha bombardeado las torres de Radio Postales y Radio Corporación. Mis palabras no tienen amargura sino decepción Que sean ellas el castigo moral para los que han traicionado el juramento que hicieron: soldados de Chile, comandantes en jefe titulares, el almirante Merino, que se ha autodesignado comandante de la Armada, más el señor Mendoza, general rastrero que sólo ayer manifestara su fidelidad y lealtad al Gobierno, y que también se ha autodenominado Director General de carabineros.

Una voz se oye lejana en el pasillo, el capitan anuncia que estamos por aterrizar y es necesrio abrocharnos los cintos de seguridad. Me dice que llegó a Estados Unidos con sus dos hijos, allá han crecido; un día recibió un telegrama de un muchacho que estaba en Argentina que decía saber el pardero de su hijo menor que actualmente tendría unos 41 años y que después perdió la pista. El 11 de septiembre de 2001 se encontraba en el consulado chileno de Boston cuando vio con asombro como dos aviones se sumergian en las entrañas del WTC en Nueva York destrozando la vida de cientos o incluso miles de familias de la urbe de hierro. Una ironía.

El vuelo 7929 de Mexicana serpentea la pista de aterrizaje mientras que la voz del capitan reza las condiciones del clima en Tuxtla Gutiérrez. Me dice que está aquí para conocer una comunidad chamula y que allí verá a su nieta que esta trabajando para una empresa norteamericana y probablemente después se adentre al corazón de la Lacandona, que no lo hace muy feliz... en la sala donde recogemos el equipaje me dice que le caigo bien, que le recuerdo a uno de sus nietos, un tal Benjamín que decidió mudarse de Boston al barrio de Chelsea en Nueva York buscando una identidad propia y reafirmando una lucha constante por sus ideales. La comparación me deja petrificado al instante mientras la banda hace ruidos extraidos de la novela mas surrealista de Franz Kafka.

Me dice que todo estará bien y que no deje perder la memoria de esos seis jesuitas. Me da un abrazo y se despide agradeciendo el momento que lo escuche en ese vuelo que me dejo más de lo que pude esperar... me dijo que ojalá vaya a Chile y le salude los viñedos y vaya a Bellavista a comprar arte mientras espera algún día volver y no buscar aquella figura que salió una mañana de casa y jamás volvió.

Trabajadores de mi Patria, tengo fe en Chile y su destino. Superarán otros hombres este momento gris y amargo en el que la traición pretende imponerse. Sigan ustedes sabiendo que, mucho más temprano que tarde, de nuevo se abrirán las grandes alamedas por donde pase el hombre libre, para construir una sociedad mejor.