martes, 17 de octubre de 2017

Concepto Acompañamiento

"Acompañamiento"

Ensayo Cultura Simbólica y Diseño

El presente ensayo tiene como finalidad exponer cómo se articula la semiótica y la retórica en el diseño estratégico de elementos claves para el desarrollo de una comunidad virtual de cuidadores en enfermedades crónico-degenerativas. Se expone la introducción, desarrollo y conclusión a lo largo de dos cuartillas.

El desarrollo del lenguaje ha sido uno de los principales inventos que los seres humanos hemos desarrollado pues además de posibilitar el entendimiento nos ha ayudado a generar signos y significados de todo aquello que nos rodea. Su origen tiene acepciones de acuerdo al cristal con que se vea, para unos es consecuencia de la evolución de la especie, aunque también puede ser gracias a la Babel narrada en los textos bíblicos.

Incluso, desde la mirada que sea vista existe la creación de significados. El ser humano ha aprendido a generar significados de todo aquello que nos rodea; la generación de improntas según Clotaire Rapille (2007) se da gracias a la experiencia y la cultura pues al ser parte de grupos sociales heredamos costumbres, ritos, desarrollamos nuevas experiencias que nos dan las claves de comunicación con base en el contexto en que nos desarrollamos.

Estas improntas toman significado con base en la cultura donde nos desarrollamos y que nos desarrollan códigos que hacemos comunes. El código común o cultural es la consecuencia del contacto con otros con quienes compartimos un contexto social y que eventualmente se vuelve en la cultura en la que nos desarrollamos. La cultura es la totalidad de costumbres, conocimientos, objetos, materias y comportamientos sociales aprendidos y trasmitidos (Austin MIllan, 2000), y es la cultura la responsable de los diversos significados que damos a aquello que nos rodea.

El lenguaje se vuelve en una herencia que nos da la cultura; el lenguaje se integra de una combinación de símbolos que generan signos fonéticos o gráficos que nos permiten comunicarnos. Eventualmente estos símbolos, al adquirir una forma gráfica o fonética, empleará la retórica como termino rector de comunicación. Y aquí es donde aparece la semiótica, que nos ayuda a entender el significado de los símbolos y signos que hemos creado.

Dentro de la comunicación humana debe existir la coherencia. Hemos aprendido a articular palabras (signos) para generar enunciados (conceptos) y es la retórica la que nos ayuda a establecer estas técnicas de utilización del lenguaje. La retórica a través de su proceso (Inventio, Dispositio y Elocutio) nos ha permito diseñar una línea argumentativa al momento de comunicarnos, pues es a través de sus elementos damos un sentido al desarrollo de la idea.

La retórica ha encontrado en el diseño un poderoso medio de implementación, pues permite plasmar gráficamente el significado de las cosas que nos rodean. A través de sus figuras es capaz de aterrizar la complejidad de los conceptos a un entendimiento común, como es el caso de la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la enfermedad como “la alteración o desviación del estado fisiológico en una o varias partes del cuerpo, por causas en general conocidas, manifestada por síntomas y signos característicos y cuya evolución es más o menos previsible” (2014).

La enfermedad es parte de un proceso humano que implica una serie de cambios para quien la vive como para quien la acompaña; para el primero es la consecuencia a una serie de síntomas previos que generan un significado una vez que ha sido diagnosticada, mientras que para el segundo representa un desafío que causa desconocimiento e incertidumbre una vez que es revelada.

La enfermedad es compleja, más cuando es un padecimiento crónico-degenerativo pues existen muchas creencias socioculturales que imprimen miedo e incertidumbre, además que con base en el padecimiento genera estigmas sociales. Es necesario generar acciones que permitan entender la enfermedad no como un efecto de algo, sino como un elemento que si bien implica dolor, pueda mejorar la interacción entre quienes interactúan en el proceso.

El abordaje de la enfermedad debe ser visto como un trabajo donde no sólo se visualice la experiencia del enfermo y su relación con el médico, sino debe garantizar el empoderamiento del cuidador pues es la persona que acompaña 24/7 al paciente. Desarrollar una red de atención de cuidadores primarios ante el recién diagnóstico de la enfermedad crónico-degenerativa es una posibilidad que abone a este proceso de empatía y acompañamiento.

Como diseñador estratégico es importante entender los significados que emanan de la enfermedad con base en el contexto donde se desarrolla; comprender a los usuarios es la primera clave donde reside la posibilidad de crear elementos de diseño poderosos y que respondan a las necesidades de certeza que demandan los cuidadores primarios. Pues si bien la enfermedad no distingue entre aspectos demográficos, la respuesta a ella dependerá de la experiencia, los recursos, las creencias, los rituales que las personas posean.

La segunda clave es de cómo forma se pueden emplear las figuras retóricas para comprender la enfermedad, su esencia, entendimiento y acompañamiento. En su ensayo “La enfermedad como metáfora” (1978), Susan Sontag plantea como la enfermedad de cáncer y sus creencias alejan al paciente de un sentido de vida a través del tratamiento médico. Sin embargo estas metáforas sólo quedan plasmadas en el texto literario, por lo que desde el diseño vale la pena contextualizar y rescatar aquellas que puedan dar sentido a quienes la padecen en pleno siglo XXI.

Desde la perspectiva del diseño la enfermedad y su acompañamiento se pueden abordar a través de la metáfora; de la antítesis, cuando uso la contraposición de la salud y la enfermedad; la hipérbole, al momento de exagerar las bondades de una mejor calidad de vida a través del tratamiento y el acompañamiento; la sentencia, al momento de expresar aquellos enunciados que dan certeza tanto a pacientes como cuidadores; la sinécdoque cuando empleo una parte por un todo, quizás relacionada con el tratamiento médico.

Entiendo la retórica como la posibilidad de generar el impacto necesario para sumar adeptos, pues con base en la investigación que he realizado, en México el 90% de la población ha tenido una experiencia cercana con alguna enfermedad crónico-degenerativa. Somos un país con dolor disfrazado ante la enfermedad y que conlleva altos costos para la población.


Para fines de mi proyecto, entender el significado de las cosas y la forma de cómo articulo el discurso se ha vuelto una herramienta de poder, pues me permite acercar a diferentes contextos la posibilidad de reducir el miedo ante la enfermedad a través del diseño. El diseñador tiene la encomienda de no sólo ofrecer objetos estéticos sino aquellos que respondan a las necesidades humanas sin olvidar a la persona como protagonista central de la experiencia.

jueves, 12 de octubre de 2017

Abstract: Paula Scher

La tipografía es uno de los elementos que más comunica en este mundo, pues no sólo posee un significado denotativo sino connotativo muy poderoso. El uso de la tipografía se emplea no sólo en la representación escrita del lenguaje, sino como una serie de significados socioculturales que delinean la realidad y conocimiento de los seres humanos.

Tipografía como marca








Tipografía como alteración de la marca y realidad





Tipografía como comunicación







Abstract - Tinker Hatfield

El diseño no es sólo una expresión estética, sino que debe privilegiar a las personas y sus necesidades para poder ser pertinente. Uno de las principales reflexiones que hago de este video es cómo es necesario entender al usuario para generar bienes y/o servicios que satisfagan de mejor manera las necesidades humanas.

Sucedió con el diseño de calzado deportivo, pues antes se pensaba que un solo tipo de calzado respondía de manera inmediata a necesidades y dolencias de jugadores de diversas disciplinas deportivas. La realidad es que cada una de ellas requiere características particulares para poder rendir.
El diseñador es un personaje que crea con base en el conocimiento y la experiencia pues esto se vuelve en un insumo creativo cuando aprendemos a articular nuestra vivencia con el diseño de objetos o prototipos. El conocimiento no tiene que ser únicamente relacionado con el área profesional, todo lo que absorbemos a través de los sentidos genera improntas que salen cuando estamos inmersos procesos creativos.

Otro punto que rescato es entender que hay diseños que funcionan en determinados momentos. Todo diseño está sujeto a las condiciones del entorno, y muchas veces no contienen lo necesario para sr viable. Los ejercicios de prospectiva debe de ser la brújula que indica que es aquello que debe crearse paralelamente para que la propuesta de diseño tenga mayor impacto.

Diseñar es un proceso que admite la prueba y error, por eso contempla varias etapas flexibles. Además de esto, el diseño es un proceso que no es estático, pues las necesidades humanas cambian conforme el tiempo, la edad, la posición económica, la motivación, entre otros.


Entender a las personas es el primer paso para crear diseños y experiencias significativas en ellos; no podemos partir de creencias sobre lo que las personas necesitas sin pensar a fondo de lo que subyace en esas necesidades.



Embrace

Este siglo se ha caracterizado por el culto al cuerpo. La publicidad, la moda, las marcas nos han dicho que uno de los cánones de belleza debe ser la estética física y eso le ha dado mayor valor a la forma de cómo nos percibimos socialmente.

Otra de las características humanas es la generación de estereotipos, que finalmente sirven como señalamientos sociales que no necesariamente poseen connotaciones positivas. Hemos aprendido a no querer nuestro cuerpo, a apreciarlo como un ornamento más que un instrumento. Nuestro lenguaje corporal siempre ha sido determinante y ahora lo es más, pues no sólo es un reflejo de nuestro sentir, sino que se ve “embellecido” por la forma que mostramos a los demás.

Para ser atractivos a los demás debemos ser delgados, altos, blancos, de ojos claros, con una sonrisa perfecta; si somos mujeres con curvas perfectas y si somos hombres de brazos fuertes o músculos marcados. Ser atractivos no sólo a los ojos de los demás desde el terreno de la relación personal, sino profesional, asenso laboral.

Existe la creencia que las personas con sobrepeso tienen los peores males de salud. Que las personas negras son violentas y malas. En 2012 se realizó un experimento social en México donde los niños evaluaban visualmente la bondad y maldad de muñecos con base en su tono de piel; la respuesta fue la predilección del muñeco blanco sobre el negro. La discriminación se aprende, se hereda y se enseña, no es algo que traigamos de nacimiento.

Morfológicamente somos diferentes gracias a los genes y la cultura. No podemos establecer un solo canon de belleza pues somos el resultado de una hibridación que no termina en nosotros. La enfermedad es otro factor pues existen padecimientos que generan modificaciones en el cuerpo humano contra voluntad del propio paciente.


Los seres humanos sufrimos cambios con el paso del tiempo, en lo particular he experimentado los cambios en el cuerpo conforme pasa la edad. Antes me resultaba más fácil quitar esos kilos de más, ahora sé que es más laborioso e implica otros terrenos como el descanso y la alimentación. Aprender a vivir con lo que somos no es una tarea fácil, pues la sociedad impone patrones a seguir. Desafío es identificar cuáles son aquellos que nos resultan valiosos de aquellos que no nos dejan crecer como personas. 









Hecho en México

Decía Ismael Serrano: “México es un disparate”. Somos la construcción de generaciones pasadas llenas de misticismo, color, textura. Somos ritmo delineado por los sones, danzones, huapangos, la banda.  Somos una paleta de sabores yucatecos, poblanos, oaxaqueños, norteños. Somos un México híbrido, que ha sabido entretejer la cultura propia con la cultura ajena dotando de nuevos significados a la realidad.

México de contrastes. Somos un país guadalupano y matriarcal pero con un machismo de terribles dimensiones. Somos la navidad del arquetipo americano con la posada cacahuatera de piñatas y ponche. Somos la celebración de la muerte haciendo mofa de ella; es curioso lo que piensan los extranjeros de esta celebración. Somos el país racista que sufre del racismo interno y externo de sus habitantes. Somos el país de las ladys, lords, nacos, que ante la tragedia nos unimos codo a codos y somos más de dos.

Nos hemos clasificado en subculturas donde compartimos elementos comunes e individuales que nos hacen un mosaico de formas infinitas. Dentro de nuestras fronteras nos fraccionamos en diversos países pero fuera de ellas nos perciben con una calidad y calidez única, como un signo único que es la identidad que impera. Somos mucho más que el nopal y el sombrero del flojo en el árido desierto.

Somos el país del “ahorita”, “tantito”, “mijito” y de los términos diminutivos que minimizan y empatizan con la realidad. Somos el país del “ya merito” suceden las cosas y de la memoria fragmentada y olvidada de sus habitantes. Somos el país que llora ante la tragedia pero se burla de ella a través de memes. Somos el país de la ironía, donde un terremoto sacude justo cuando conmemoramos otro terremoto 32 años después.


Somos el México que celebra y alaba a futbolistas, actrices, videntes, vedettes. Tenemos un star system que privilegia y antepone al espectáculo sobre la investigación, educación, cultura y artes. Al final, cuando los tiempos pasen y regresemos al árbol donde bajamos como humanidad, allí seguirá estando México, pues como México no hay dos.









The true cost

Hubo un suceso que sacó a relucir la industria de la moda: El 24 de abril del 2013 un edificio de ocho pisos, en las afueras de Daca se derrumbó sobre los empleados de la fábrica textil y que producía prendas para una treintena de marcas occidentales, dejando un saldo de más de 1000 muertos y 2000 heridos.

Este hecho dejó en evidencia lo que está detrás de las marcas y que pocas veces es observado al momento de comprar indumentaria: la explotación en la industria textil. No se puede estudiar este fenómeno de forma aislada pues es un síntoma de otros más que van de la mano de la injusta distribución de la riqueza, la desigualdad entre oriente y occidente, la explotación infantil, la contaminación, la generación de deshechos, la falta de dignidad humana y reconocimiento del otro.

No es necesario ir al continente asiático para encontrar estas injusticias; en el pasado terremoto del 19 de septiembre se desplomó un edificio de costureras en la ciudad de México y no se le dio la atención al salvamento de costureras como se le otorgo a zonas de mayor opulencia de la ciudad. Curiosamente, en el sismo de 1985 la situación fue similar cuando los dueños de las empresas corrieron a rescatar la maquinaría dejando a su suerte a las trabajadoras de la costura.

El consumo es uno de los problemas complejos de este siglo pues a pesar de generar un movimiento económico trae como consecuencia la generación de males sociales como la violencia y la marginación. Vivimos una época donde se antepone el consumo como símbolo de progreso cultural que la construcción de sociedades plenas y justas.


Me aterra pensar como en Puebla hemos cedido terreno a la aparición de centros comerciales como un signo de crecimiento y desarrollo social y hemos dejado a un lado el crecimiento educativo y cultural que nos permite generar espacios de diálogo e interacción entre todos. Desafortunadamente no podemos alejarnos de ese macro entorno que dicta lo que debe ser frente a lo que podría ser.