Despierto cansado, mis sueños me agotan. Algunos son agradables pero de algún modo terminan en incoherencias que dentro del mismo sueño me pregunto ¿qué pasa?... Los sueños dicen que son en blanco y negro, supongo que cada quien sueña y le da una lectura diferente, los míos son a colores en el momento y cuando los comento se vuelven en tonos grisáceos o de una saturación menor de color, quizás el pasado sea de esa forma y sólo la imagen capturada preserva los tonos reales.
Un sueño que me lleva a otro, a veces los sueños se vuelven pequeños flashes y vuelven a su letargo eterno, en los anaqueles de la memoria. El sueño con Hugo tuvo emociones vividas y otras que vendrán; es quizás el hecho de que nos vamos a encontrar en septiembre en esa ciudad de fantasía y aeropuertos de despedidas. El sueño con papá fue extraño seguido de esos días de desasosiego que han terminado. Maldita ignorancia, bendita certeza.
Tía Betty en un sueño no tan común enmarcado por una pobreza y un viaje místico, sólo en un sueño pueden caber 16 personas en un automóvil compacto y emprender un viaje inacabado en la parsimonia del durmiente. La realidad dentro del sueño es saber que sueñas y que en algún momento puedes dar el cambio a la trama y emplearla a tu favor.
Lo brutalidad y abrumador es cuando soñamos despiertos...
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